La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías más fascinantes y poderosas que hemos visto. Es capaz de imitar las capacidades de resolución de problemas y toma de decisiones del cerebro humano, e incluso superarlas en algunos casos. La IA tiene el potencial de mejorar nuestra calidad de vida, pero también presenta algunos riesgos que debemos tener en cuenta como sociedad.

En este post les comparto algunas ideas principales sobre cómo la IA puede cambiar el mundo como lo conocemos, haciendo una lista de los pro y los contra de estas tecnologías en la vida cotidiana, dejando algunas preguntas para que reflexionemos sobre el tema.

Pros:

La IA puede ayudar a salvar vidas. Por ejemplo, puede mejorar la atención médica al diagnosticar enfermedades, recomendar tratamientos, realizar cirugías y monitorear pacientes. Según un estudio publicado en Nature Medicine, un sistema basado en IA pudo detectar cáncer de mama con mayor precisión que los radiólogos humanos. También puede prevenir desastres naturales, combatir el cambio climático y proteger el medio ambiente. Según un informe del Foro Económico Mundial, la IA podría reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero en un 4% para 2030.

La IA puede mejorar la eficiencia. Por ejemplo, puede optimizar procesos industriales, agrícolas y comerciales al reducir costos, errores y desperdicios. Según un estudio realizado por McKinsey & Company, la IA podría aumentar la productividad global entre un 0.8% y un 1.4% anualmente hasta 2030. También puede automatizar tareas repetitivas o peligrosas que consumen tiempo y recursos humanos. Según un informe del Banco Mundial, la IA podría liberar a los trabajadores humanos para que se dediquen a actividades más creativas o sociales.

La IA puede aumentar el conocimiento: Por ejemplo, puede facilitar el acceso a la información al procesar grandes cantidades de datos y generar conocimientos útiles. Según un estudio realizado por IBM Research, la IA pudo descubrir nuevos antibióticos a partir de una gran base de datos química. También puede estimular la innovación al crear nuevas formas de arte, ciencia y tecnología. Ya lo ha demostrado la IA de DALL-E 2, Stable Difusion, Midjourney, entre otras herramientas, generando imágenes originales a partir de descripciones textuales.

Tomar de decisiones mejor informados: Con la IA analizando grandes volúmenes de datos, podemos tomar decisiones más informadas y precisas en tiempo real.

Sostenibilidad y medio ambiente: La IA ayuda en la gestión de recursos naturales, optimización del consumo energético y predicción de desastres naturales, lo que contribuye a un mundo más sostenible y seguro.

Innovación y crecimiento económico: La IA genera nuevas oportunidades de negocio y empleo, impulsando el crecimiento económico y la competitividad en el mercado global.

Contras:

La IA puede generar desempleo: Por ejemplo, puede reemplazar a los trabajadores humanos en muchos sectores económicos al realizar sus funciones mejor o más barato. Según un estudio realizado por Oxford Economics, la automatización basada en IA podría desplazar a unos 20 millones de trabajadores manufactureros para 2030. También puede reducir las oportunidades laborales para las personas con menos educación o habilidades. Según un informe del Banco Mundial, el 56% de los empleos existentes en países emergentes podrían ser afectados por la automatización.

La IA puede hacer a los humanos dependientes: Por ejemplo, puede disminuir nuestra capacidad de pensar críticamente al confiar demasiado en sus respuestas o sugerencias. Según un estudio publicado en Computers in Human Behavior Reports [13], los usuarios tendían a seguir las recomendaciones erróneas dadas por una aplicación basada en IA sin cuestionarlas ni verificarlas. La dependencia excesiva de la IA puede llevar a la pérdida de habilidades humanas esenciales y disminuir nuestra capacidad para tomar decisiones independientes.

Brecha digital y desigualdad: El acceso desigual a la IA puede agravar la brecha digital y la desigualdad socioeconómica, beneficiando más a quienes ya cuentan con recursos y habilidades.

Sesgos y discriminación: Los algoritmos de IA pueden perpetuar y amplificar sesgos y discriminaciones existentes en la sociedad si no se diseñan y monitorean de forma ética y responsable.

Privacidad y seguridad de datos: La IA requiere grandes cantidades de datos afectando nuestra privacidad y seguridad al recopilar y usar nuestros datos personales sin nuestro consentimiento o control, lo que plantea preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de la información.

Debemos aprovechar las grandes ventajas de las nuevas soluciones y herramientas desarrolladas con IA pero también debemos prevenir sus inconvenientes, tener una conciena proactiva para identificar sus amenazas para la sociedad. Para ello necesitamos educarnos sobre esta tecnología e involucrarnos en su desarrollo ético y responsable.

Estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos como ciudadanos, profesionales y líderes en un mundo cada vez más influenciado por la IA.

Afortunadamente, no estamos solos en esta reflexión. Existen diversas iniciativas nacionales e internacionales que buscan establecer un marco ético y legal para la IA. Por ejemplo:

La Unión Europea ha propuesto un Reglamento sobre la Inteligencia Artificial que establece reglas armonizadas sobre la IA y modifica ciertos actos legislativos de la Unión. El objetivo es crear un entorno propicio para el desarrollo y el despliegue de una IA fiable en el mercado único, al tiempo que se garantiza el respeto de los derechos fundamentales.

La UNESCO ha adoptado la primera Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, el primer instrumento normativo global sobre el tema. Su finalidad es proteger y promover los derechos humanos y la dignidad humana, así como proporcionar una brújula ética orientadora y una base normativa sólida para construir un fuerte respeto por el Estado de derecho en el mundo digital.

Las Naciones Unidas han lanzado una Estrategia sobre Nuevas Tecnologías que busca aprovechar las oportunidades ofrecidas por las tecnologías digitales para acelerar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al tiempo que se mitigan sus riesgos. La estrategia se basa en cuatro principios: proteger los derechos humanos; promover el bien común; fomentar la inclusión digital; y fortalecer las asociaciones.

Estas iniciativas nos muestran que existe una voluntad política y social para construir un futuro mejor con la ayuda de la IA. Pero también nos recuerdan que tenemos una responsabilidad individual y colectiva para contribuir a este proceso.

Les recomiendo el siguiente documental, en donde se describe de forma muy gráfica los posibles escenarios que la penetración de la IA en nuestras vidas podría generar. Es realmente impactante. Pero también da una guía de los posibles caminos que nos ayudarían a convivir de manera positiva.

Por lo anterior, informarnos sobre estas tendencias e innovaciones disruptivas que estan cambiando nuestras vidas y la forma en como hacemos todo, se convierte no en un lujo opcional de conocimiento sino en un deber como AI Citizen como lo explicó Andrés Cosme en un foro en el que asistí, y así, participemos activamente en el debate público sobre la ética y la regulación de la IA.

Son bienvenidos todos para compartir sus opiniones y experiencias conmigo y con otros colegas.

Nota: Artículo elaborado con apoyo de herramientas IA de Creatividad Asistida (Bing y ChatGPT 4). Imágen diseñada con ayuda de la IA (Microsoft Designer).